por Victor Tomaselli
Cuando
uno traza un panorama de una actividad tan vasta como la agricultura
en un país tan vasto, a su vez, como Argentina, por fuerza debe
sintetizar y tratar de utilizar las mejores fuentes posibles de
información. Pero al mismo tiempo, es necesario aclarar que uno está
haciendo opinión y no ciencia, porque necesariamente no puede ser
aséptico al analizar las fuentes, por muy buenas y fiables que éstas
sean.
Argentina
ocupa una superficie total de 3.761.274 kilómetros cuadrados, de
los cuales, 2.791.810 km2 se encuentran en la parte sur del
continente de América Latina y el resto se reparte entre el
territorio Antártico Argentino y las islas del Atlántico Sur. La
población, según las proyecciones a Julio del año 2015 de acuerdo
al censo del 2010, es de 43.431.886 de habitantes. (CIA,
2015) Trataremos
entonces de dar un enfoque pormenorizado y explicativo para tratar de
aproximarnos a entender las dificultades por las que está
atravesando el sector agrario, como todos los sectores productivos,
en este momento en Argentina.Nada
mejor que comenzar con un informe somero que está en el sitio web
del Banco Mundial.
INFORME
DEL BANCO MUNDIAL
“Con un
producto bruto de 540.000 millones de dólares, Argentina es una de
las economías más grandes de América Latina. En los últimos años
priorizó promover un desarrollo económico con inclusión social.
La
economía argentina se caracteriza por sus valiosos recursos
naturales. Es un país líder en producción de alimentos, con
industrias en gran escala en los sectores de agricultura y ganadería
vacuna. Es uno de los mayores exportadores del mundo en de carne,
primer productor mundial de girasol, yerba mate y aceite de soja. La
apertura del mercado de China representa un impulso en la
consolidación de un perfil exportador.
La
Argentina está llevando a cabo una agenda activa en política
exterior y representa a América latina en el G-20, junto a México y
Brasil.
La
economía tuvo un crecimiento significativo durante la última década
y el país ha invertido fuertemente en salud y educación, áreas en
las que destina el 7% y el 6% del PBI respectivamente.
Argentina
tuvo el mejor desempeño en la región en reducir la pobreza e
impulsar la prosperidad compartida entre 2004 y 2008. Los ingresos
del 40% más vulnerable crecieron a una tasa anual del 11,8% más
rápido que el crecimiento promedio del 7,6%. Esta tendencia se
mantuvo, pero disminuyó después del 2008. En 2014, el 12,7 % de la
población vivía en la pobreza con menos de U$S 4 al día. Un tercio
de la población vive con entre U$S4 y U$S 10 dólares al día y es
vulnerable de caer en la pobreza.
Se ha
priorizado el gasto social a través de diversos programas, entre los
que se destaca la Asignación Universal por Hijo, que alcanza
aproximadamente a 3,7 millones de niños y adolescentes hasta 18
años, el 9,7% de la población.” (Banco
Mundial, 2016)
EL
TERRITORIO Y EL HOMBRE
El
territorio argentino muestra una gran heterogeneidad, consecuencia de
su gran extensión, sobre todo en su extensión de Norte a Sur, pues
se desarrolla desde los 21° hasta los 55° de Latitud Sur. Esto
determina una amplitud climática que va desde clima Subtropical
hasta Antártico. A esto se suma una amplia cordillera de montañas,
denominada Los Andes, cuyo pico máximo tiene una altura de 6.962
metros, cerro Aconcagua, en la Provincia de Mendoza. Esta cordillera
recorre todo lo largo del país, desde Jujuy al Norte hasta Tierra
del Fuego al sur. Posee al mismo tiempo 5.117 kilómetros de costa
marítima sobre el Océano Atlántico, sin considerar las longitudes
de costa del territorio insular, con una extensa superficie de
plataforma continental, es decir el mar argentino, como zona
económica soberana hasta 200 metros de profundidad, de gran
importancia como recurso. Esta singularidad, de la cordillera y el
mar le da, a la de por sí variada situación de los climas, una
amplia gama de complejos ecosistemas ambientales por lo que
constituye un territorio muy destacado en distintas subregiones donde
es posible desarrollar casi todo tipo de cultivos.
Esta
heterogeneidad brinda amplias posibilidades de diversificación de la
producción, tanto en relación a los tipos de recursos como a su
forma de utilizarlos. Sin embargo, el modo de ocupación de la tierra
y apropiación de los recursos ha generado la más notable de las
asimetrías, como es el que exista una subregión hegemónica (la
región pampeana) con monopolio de la ventajas económicas y
sociales, en contraste con un interior supeditado a lo acaecido en el
centro, del cual provienen el 90% de las exportaciones. (Mateucci
y Morello, 2003)
Es
interesante observar, a vuelo de pájaro, algunos datos ilustrativos
que van a dar la pauta de cómo se ocupa el territorio arriba
descripto. La población de Argentina está asentada mayoritariamente
en las ciudades, donde vive el 92% de ella. No obstante, la densidad
territorial, sin contar el territorio antártico, es de 15,6
habitantes por km2. El 39% del total de la población urbana reside
en Buenos Aires y zonas adyacentes, denominadas cordón
metropolitano. La alfabetización es del 98,1%. Los mayores de 60
años constituyen el 14,3 %, siendo un porcentaje elevado. La
mortalidad infantil, según datos de 2013, es del 9,6 por mil.
Siempre según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, INDEC,
por sus siglas en español, la desocupación era a mediados del 2012,
del 7,1%. (INDEC, 2015)
ALGUNOS
NÚMEROS ILUSTRATIVOS
El país
ocupa el octavo lugar mundial en cuanto a superficie cultivada, con
35.700.000 hectáreas. El tercer lugar en cuanto a tierras cultivadas
per cápita 1,12 has. El decimoquinto en superficie bajo riego.
La
cantidad total de explotaciones agrarias era en 1988 de 422.061.
Entre ese año y el 2002, disminuyeron un 24,5%, es decir,
desparecieron 103.405 explotaciones. Sin embargo, de aquel total
presunto de 2002, de 318.656 explotaciones, transcurridos 10 años,
en ocasión de tratarse la cantidad de productores trigueros con
objeto de recibir un subsidio, fueron censados sólo poco más de
70.000 productores trigueros. (Minagri, 2015)
Un número
resalta fulminante, la soja representa el 50% del cultivo de granos.
El complejo agroindustrial sojero concentra el 24 % del total de las
exportaciones del sector, rondando una cifra que equivale a US$ 7.000
millones anuales.
Desde
estos números vamos a tratar de explicar la situación que a todas
luces no es aurea, sino complicada y conflictiva. Porque el boom de
la soja, que ha dado en crear el neologismo de “sojización”,
viene de la mano de un salto tecnológico en el que Argentina está
en los primeros niveles mundiales, el de la “agricultura de
precisión”. Esto facilita y a su vez crea “maquinarias
productivas”, que necesitan de grandes concentraciones de tierras
para mantenerse. Porque los equipos enormes son rentables en las
grandes explotaciones. De este modo se cambió totalmente el perfil
del campo argentino. La tendencia es a grandes emprendimientos, en
algunos casos por compra de la tierra, pero en la mayoría de los
casos por arrendamientos. El pequeño productor, de este modo, pasa
en el mejor de los casos, a ser un rentista, que alquila su parcela y
se va a vivir al pueblo más cercano. Queriendo sólo que la soja
siga valiendo para que le paguen sus 5 a 8 quintales por hectárea de
alquiler por cosecha. En el peor de los casos, de más está decirlo,
abandona la actividad o es expulsado de ella. Por eso decrece el
número de explotaciones a lo largo del tiempo.
Es
interesante reflejar las apreciaciones que hace la Licenciada María
Di Paola, de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos
Aires, reflexionando sobre un trabajo del Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria, INTA, cuando manifiesta: “Estas
asimetrías tecnológicas son las que definen el nivel de
“dificultades en la gestión productiva, logística, comercial y
financiera de una actividad agrícola determinada”; y estos
factores son críticos al momento de utilizar estrategias que permita
a los empresarios apropiarse de beneficios por bajas en los costos
que emergen de la factibilidad de aprovechar el y/o “efecto tamaño”
en las empresas. En estas estrategias, el “modelo soja” ha
demostrado ser imbatible. Hay que imaginar el diferencial de
esfuerzos del gerenciamiento que significa por ejemplo, producir,
cosechar, transportar y vender la producción de 1.000 has de soja vs
1000 hectáreas de otra producción alternativa. Esto ayudaría a
explicar por qué ante situaciones en que los márgenes brutos de
otras producciones puedan ser mayores a los de la soja, y a riesgos
productivos y comerciales similares, los productores rurales –sobre
todo aquellos considerados grandes- deciden sembrar soja (INTA,
2004).
COMPLETEMOS
ALGUNOS NÚMEROS
SOJA:
La cosecha 2014/2015 fue de 57 millones de toneladas, sembradas sobre
un total de 20,4 millones de hectáreas. El rendimiento parece bajo,
porque no se discrimina la cantidad de toneladas que son producidas
en la modalidad que se llama “soja de segunda”, no porque sea de
segunda calidad, sino de segunda siembra que se realiza
inmediatamente después de levantada la cosecha de trigo. Ese cultivo
rinde alrededor de 10 quintales por hectárea, siendo el rendimiento
tope cuando se siembra soja de “primera” entre 35 y 45 qq por
hectárea. (Minagri, 2015)
MAÍZ:
la cosecha del mismo año fue de 29,8 millones de Tn. Siendo el
tercer productor de maíz del mundo. (Bolsa de
Cereales, 2015)
TRIGO:
el área sembrada pasó de 5,8 millones de hectáreas a 3,6 millones
de hectáreas, comportando una disminución del 38 %. En cuanto a
volumen físico de la producción, de 14.383.000 toneladas se pasó
a 10 millones de toneladas en la referida cosecha 2013/2014. (Bolsa
de Cereales, 2015)
ARROZ:
La provincia de Entre Ríos tiene el 32% de la producción, seguida
por Corrientes, con el 50%, Santa Fe con el 13%. El 5% restante de
la producción se reparten entre las provincias de Chaco, Formosa y
Misiones. En los últimos 10 años la producción de arroz se
incrementó un 118 % por un alza en los rendimientos del 24%. En
términos de superficie y volumen físico de producción, tenemos que
232.000 hectáreas produjeron 1.563.450 toneladas, con un rinde
promedio de 6.700 kilos/ha. (Bolsa de
Cereales, 2015)
COMPLEJO
OLEAGINOSO: Soja y Girasol los cultivos
oleaginosos más importantes, aunque también se producen cártamo
(Carthamus tinctorius),
colza y lino. Córdoba, Santa Fé y Buenos Aires son las provincias
que representan el 84% del total de estos cultivos.
El cultivo
de Girasol en Argentina, representa el 9% del total mundial detrás
de Ucrania y la UE. (Minagri, 2015)
MANÍ
(Arachis hypogaea):
Principal exportador de maní manufacturado y proveedor de la UE,
producción física, 460.000 toneladas.
HORTICULTURA:
Se destinan a la actividad hortícola 500.000
hectáreas. En esa superficie, el volumen físico de la producción
es aproximadamente de 9/ 10 millones de toneladas. De este total,
el 93% tiene como destino el mercado interno y un 7 % se exporta,
principalmente a Brasil. Poroto, ajo y cebolla, son las llamadas
“hortalizas pesadas, las “estrellas” de las exportaciones
hortícolas. Sobre la cantidad de productos, baste decir que el 65%
del total de la producción está integrado por papa, tomate,
cebolla, batata, zapallo, zanahoria, lechuga y ajo. (Minagri,
2015)
CÍTRICOS:
Argentina es el 8° productor mundial y 1° exportador de limones.
Área total cultivada es de 147.000 has. La producción principal
corresponde al limón 47%, naranja, 29% y pomelo 8%. La producción
de limón supera levemente 1.500.000 toneladas. (Minagri,
2015)
MANZANAS
Y PERAS: 1,8 millones de toneladas,
repartidas por mitades casi iguales. Las manzanas se exportan sólo
en un 25%, las peras en su mayor porcentaje son exportadas. La
provincia de Rio Negro concentra el 85 % de la producción de manzana
y el 75% de la producción de pera. La manzana es cultivada en 27.000
has y la pera en 22.000 has. La cantidad de explotaciones va
decayendo de manera sensible año a año, siendo en el 2015 poco
superiores a 1.100 establecimientos. Los grupos económicos
principales no pasan de media docena, siendo los más importantes
multinacionales. (Minagri, 2015)
VITIVINICULTURA:
La actividad está regida por un organismo gubernamental denominado
Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), las estadísticas son
las más actualizadas.
Superficie
cultivada de uva para vinificar: 224.707 hectáreas.
Cantidad de
bodegas elaboradoras: 864.
Cosecha de
uvas: 1.744 Toneladas.
Elaboración
de vinos: 875 millones de litros.
Consumo
interno (mayo 2016): 776.884 Hectolitros.
Exportaciones
de vino (mayo 2016): 233.991 Hectolitros
Exportaciones
de mosto (mayo 2016): 82.153 Hectolitros.
Comercialización
de vinos: 1.055.433 Hectolitros. (INV, 2016)
YERBA
MATE (Ilex paraguayensis): es utilizada para
una infusión muy popular en la Argentina y en general en el ámbito
geográfico denominado “rioplatense”, es decir, Argentina,
Uruguay, Brasil y Paraguay. Este cultivo es el principal en una
superficie de 204.000 has, donde se producen 290.000 toneladas
anuales de yerba mate. Esta actividad ocupa a un total de 19.000
productores, de los cuales el 80% está por debajo de las 10 has de
superficie. (Minagri, 2015)
ALGODÓN:
708.000 toneladas de producción que en
casi su totalidad son consumidas en el mercado interno. Es un cultivo
importante en Chaco y Santiago del Estero.
CAÑA DE
AZÚCAR: Este sector es uno de los más
concentrados de las actividades agrarias, se producen 2,1 millones
de toneladas de azúcar y 380 millones de litros de alcohol para
biocombustibles. (Minagri, 2015)
La medida
de la concentración y el poder de las empresas de la caña de azúcar
la da el hecho que éste es uno de los pocos países del mundo donde
existe una ley del azúcar que prohíbe expresamente que el azúcar
que se destina al comercio pueda ser de otro origen que el de la caña
de azúcar. El público en general ni siquiera tiene conciencia que
existe la remolacha azucarera. Hubo una experiencia muy exitosa de un
Ingenio (zucherifficio) de remolacha que existió y produjo durante
12 años en la ciudad de General Conesa, Provincia de Río Negro, la
producción era muy buena logrando rindes de 55 tn/ha de remolacha.
Era la década de 1920. Aunque lo que digo parezca una fábula, el
hecho histórico es que la empresa fue comprada por el monopolio del
azúcar de caña, cerrada y dinamitadas las instalaciones, borrándose
todo rastro de la actividad. La superficie que ocupa la actividad
azucarera de caña en la actualidad es de 265.250 has. En las
provincias del Norte argentino, Jujuy, Tucumán y Norte de Santa Fé.
(Datos propios)
ACTIVIDAD
FORESTAL: Existen en el país 20 millones de
hectáreas aptas para la actividad forestal. En los últimos 8 años
aumentó 132% la producción de madera para distintos usos. De igual
modo, la producción de muebles aumentó un 115% Las condiciones de
clima y suelo permiten lograr altas tasas de crecimiento de los
bosques implantados y reducidos turnos de corte. Este sector produjo
en 2013 un volumen de negocios equivalente a 11.000 millones de
dólares. Hoy día, la caída de producción en la industria del
mueble es del 20,2 %, según estiman las Cámaras de Industriales
respectivos. Esto como es obvio, repercute en la actividad forestal
al no generar demanda de insumos. (CAME, 2016)
OLIVICULTURA:
La actividad abarca un total aproximado de 102.000 hectáreas, en su
mayoría dedicadas a la aceituna de mesa. El total de aceite de oliva
que se produce en el país es de unas 25.000 toneladas, de las cuales
se consumen en el mercado interno aproximadamente 5.000 toneladas. La
cantidad de productores es de 11.000 pequeños que tienen en promedio
una superficie de explotación inferior a las 5 has por unidad.
Existen también los grandes productores, pues 35 grupos económicos
tienen en total unas 330 fincas olivícolas. La mayoría del aceite
de oliva se vende a granel y los principales destinos son Estados
Unidos y Brasil. En Argentina el consumo de aceite de oliva no supera
los 200 centímetros cúbicos por habitante y por año. Es un
porcentaje muy bajo del total de aceites vegetales consumidos, que
llega a los 12 litros por habitante y por año. La situación general
es muy comprometida, dado que la actividad es demandante de créditos
blandos al ser una inversión de largo plazo. La demanda, sobre todo
de Brasil, el principal destino de las aceitunas de mesa, ha caído
estrepitosamente por crisis económica en el vecino país. (Minagri,
2015 y datos propios)
LA
REALIDAD ECONÓMICA HOY DÍA:
Lo que
señala en su informe el Banco Mundial es estrictamente cierto,
aunque es la síntesis del estado del país siete meses atrás. Pero
entonces, ¿qué sucede ahora que la economía anda mal?Sucede
que han entrado a un quirófano con una motosierra y encima sin saber
cortar, de modo que el desbarajuste es mayúsculo. Hubo cambio de
gobierno en el país y eso significó la caída del modelo de
desarrollo nacional integrado y la vuelta a políticas económicas
neoliberales que significan el quiebre del desarrollo. Pruebas al
canto: en pocos meses, dado que el nuevo gobierno asumió el 10 de
diciembre de 2015, se devaluó el peso en un 50% con respecto al
dólar. Se aumentaron las tarifas de los servicios hasta en un 1.700
%. Se aumentaron los combustibles un 90%. La economía decayó un 1,5
% según estadísticas oficiales. El consumo en general se retrajo
un 11,5 %. Se produjeron 250.000 despidos, es decir, pérdidas de
puestos de trabajo, entre empleados públicos y privados. La
inflación aumentó hasta el 45% anual.
En lo que respecta a la agricultura, se eliminaron los impuestos denominados “retenciones”, que afectaban a todos los productores de superficies mayores a las 100 hectáreas. Esas retenciones eran del 30% del llamado “precio de pizarra”, es decir, de los precios que manejaban las Bolsas de Cereales. Se mantuvo la retención a la soja. Pero, lo paradójico del caso es que esta medida de eliminación de las retenciones, era pedida por las entidades gremiales agropecuarias y lo obtuvieron. Sin embargo, fue un triunfo a lo Pirro, como suele decirse, dado que ocurrieron, en sincronía, otros fenómenos, como el aumento del transporte, que en un país de tan vasta superficie tiene una altísima incidencia en el costo de poner los productos en el mercado. Al mismo tiempo, el aumento del combustible hizo crecer los costos de explotación, junto con el costo de la energía y la caída del mercado de consumo. Una tenaza de acero se yergue sobre la actividad porque el corolario es el aumento de las tasas de interés de los créditos y la dirección general de los mismos, que se hacen a la medida de los grandes grupos económicos. En definitiva, para ejemplificar un poco, hoy están entrando porcinos de Dinamarca, manzanas de Chile, naranjas de España. La inversión en el sector agrícola casi ha desaparecido, esperando mejores tiempos. (Datos propios)
En lo que respecta a la agricultura, se eliminaron los impuestos denominados “retenciones”, que afectaban a todos los productores de superficies mayores a las 100 hectáreas. Esas retenciones eran del 30% del llamado “precio de pizarra”, es decir, de los precios que manejaban las Bolsas de Cereales. Se mantuvo la retención a la soja. Pero, lo paradójico del caso es que esta medida de eliminación de las retenciones, era pedida por las entidades gremiales agropecuarias y lo obtuvieron. Sin embargo, fue un triunfo a lo Pirro, como suele decirse, dado que ocurrieron, en sincronía, otros fenómenos, como el aumento del transporte, que en un país de tan vasta superficie tiene una altísima incidencia en el costo de poner los productos en el mercado. Al mismo tiempo, el aumento del combustible hizo crecer los costos de explotación, junto con el costo de la energía y la caída del mercado de consumo. Una tenaza de acero se yergue sobre la actividad porque el corolario es el aumento de las tasas de interés de los créditos y la dirección general de los mismos, que se hacen a la medida de los grandes grupos económicos. En definitiva, para ejemplificar un poco, hoy están entrando porcinos de Dinamarca, manzanas de Chile, naranjas de España. La inversión en el sector agrícola casi ha desaparecido, esperando mejores tiempos. (Datos propios)
Como fiel
reflejo de esta dura realidad, veamos los datos económicos de la
nota de tapa de un diario de Buenos Aires el día 28 de Julio de
2016: Bajo el título NO ARRANCA,
analiza los datos reflejados en una encuesta de FIEL, consultora
económica ligada al actual gobierno. Dice: “La producción fabril
empeora mes tras mes. En Junio marcó el mayor retroceso de año, con
una baja del 8,2% con respecto a igual mes del año anterior. El
deterioro es generalizado y se profundiza por las medidas del
gobierno. Es la quinta baja en la producción industrial del año.”
Más adelante continúa manifestando que: “ …la producción de
acero bajó un 16,2%”. Para finalizar con lo que está relacionado
a la agricultura: “Por último, el sector de los alimentos dejó
atrás el boom inicial por la devaluación y la quita de retenciones
y registró una caída del 5,6% en Juno, con lo cual el semestre
terminó con una merma del 0,5%. También el sector es afectado por
las importaciones, especialmente las economías regionales.”
(Página 12, 2016)
CONCLUSIÓN:
Sin
embargo, se está tratando de poner un poco de racionalidad en las
políticas, porque cuando es mucha la gente que sufre, se va poniendo
coto de un modo u otro a las malas administraciones.De tal
modo, seguimos bregando por la multifuncionalidad agrícola, que
permita que las pequeñas comunidades rurales sigan siendo viables.
Seguimos bregando por el mayor valor agregado en origen de la
producción agraria. Seguimos bregando por la positiva interacción
entre agricultura y territorio. Seguimos bregando por las Buenas
Prácticas Agrícolas. Seguimos bregando por la Seguridad
Alimentaria. Seguimos bregando por la “filiera corta”, que
acerque al productor al consumidor.En
Argentina, están todos los elementos tecnológicos a disposición
para aplicarlos a la producción, los últimos adelantos en lo que a
cualquiera se le ocurra en términos agrícolas. El tema, como
siempre es la dirección de los recursos, o, en todo caso, cómo
podemos construir consensos para que el conjunto entienda que no es
“para el mal de “naides”, sino para
el bien de muchos”. (Hernández, 1872).
En
definitiva por todos los valores permanentes que tiene la agricultura
y que implican el bienestar, a veces es importante, mirar la
historia, para no perder la orientación y repetir errores. Veamos
qué sucedía en Roma, en la época del Emperador Augusto.
“El fértil
valle del Po, ubicado al norte de Italia, estaba densamente poblado
más aún que el sur zona que había recibido los golpes más duros
durante los períodos de guerras. Buen número de sus pobladores
habían desaparecido víctimas de terribles matanzas, vendidos como
esclavos o simplemente huidos a otras tierras buscando mayor
seguridad. Hasta entonces, al grueso de la maquinaria bélica romana
la conformaban campesinos libres y pequeños propietarios rurales
quienes por causa de la guerra eran llamados a servir a su patria,
abandonando sus tierras de cultivo dejándolas a merced de ambiciosos
vecinos terratenientes. Como si esto fuera poco, aquellos campesinos
eran quienes soportaban las cargas impositivas más fuertes al punto
de endeudarse o vender sus propiedades. Los más favorecidos por las
conquistas eran los grandes propietarios (en su gran mayoría
aristócratas) y los llamados negotiatores
y mercatore
quienes debían su riqueza a importantes
contratos de suministros, construcción de navíos, carreteras,
ventas de esclavos, aprovisionamiento de alimentos u otros servicios
al estado o el ejercito romano.
Los hechos
posteriores demostrarían que el fenómeno de la extensión de la
concentración de la propiedad conduciría a la crisis de los
pequeños agricultores, problema que se hará por demas evidente en
las reformas planteadas por los Gracos, e incluso en tiempos de Julio
Cesar. Hacia el año 149, año de la muerte de Catón el Censor, el
estado de la agricultura en Italia era verdaderamente preocupante,
sobre todo el de los pequeños y medianos propietarios, grupos
sociales otrora cuna de los mejores soldados de Roma”. (Ferreira
González, 2010)Surge de
un análisis de esa situación la decisión del Imperator
de rescatar la figura de Catón, en definitiva, para impulsar una
nueva política agraria.
“Marcus
Porcius Cato, o sea Marco Porcio “el
astuto”, ya que eso significa el sobrenombre Cato, nació en el año
234 a.C. en Túsculo una localidad situada a 30 Km. de Roma.”
(Ferreira González, 2010. Entre
muchas otras obras, escribió lo que se considera el primer tratado
de agricultura, que lleva por título De Agri
Cultura.
Según
los postulados de Catón el fortalecimiento de la economía romana y
por ende de su poder pasaban por la organización, diversificación y
especialización de la producción agrícola, en pequeñas unidades
productivas.No es que
Catón estuviese en contra de la riqueza, pero el uso de esta riqueza
tenía implicaciones políticas peligrosas.
Las exigencias populares de un reparto más justo de los recursos
implicaba el riesgo de una ruptura del equilibrio social,
como sucedió en época de los Gracos y que Catón supo entrever.
BIBLIOGRAFÍA:
Banco
Mundial, 2016;
www.bancomundial.org/es/country/argentina
Ferreira
González, 2010;
Carlos Ferreira González, “LA
OBRA DE MARCO PORCIO CATON COMO MODELO DE DESARROLLO PRODUCTIVO
RUSTICO” / 22047814 / 098843248; Montevideo, Uruguay, III Jornadas
de Investigación – II Jornadas de Extensión, Noviembre de 2010,
Universidad de la República, Facultad de Humanidades y Ciencias de
la Educación.
Hernández,
1872; Hernández
José, “El
Gaucho Martín Fierro”,
poema narrativo, considerado el mayor exponente de la literatura
gauchesca argentina. Crítico de la realidad de su tiempo, José
Hernández fue además Diputado Nacional y político notable. La
palabra “naides” es tomada del dialecto popular y significa
“nadie”. (N.
del A.)
Matteucci Silvia y
Morello Jorge, 2003; “Singularidades
territoriales y problemas ambientales en un país asimétrico y
terminal”. www.ecoportal.net/content/view/full/21385
Minagri, 2015;
Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la
Nación; www.minagri.gob.ar ;
Este ministerio hoy no existe, y fue cambiado por el de Ministerio de
Agroindustria de la Nación, www.agroiindustria.gob.ar
(N. del A.)
Laureato all’Università Nazionale di La Pampa dove si è anche specializzato in olivicoltura. Partecipa alla gestione di progetti di sviluppo in olivicoltura in Patagonia, Argentina. E’ tecnico territoriale olivicolo della Direzione di Gestione Territoriale del sottosegretario per lo sviluppo delle economie regionali del Ministero dell’Agricoltura argentino.
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